ESCRITOS DE SAN JOSÉ CALASANZ

Cartas copiadas del libro ¨Cartas selectas de S. José de Calasanz¨ de los PP. Severino Giner, Ángel Rodenas, Miguel Angel Asiain, Jesús María Lecesa, Luis María Bandrés (pepd) para, en agradecimiento a sus esfuerzos por acercarnos a S. José Calasanz, continuar acercándolo.

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domingo, mayo 13, 2007

Roma, 23 de septiembre de 1622.

S. José Calasanz
A Mons. COSME TORRES (1), Varsovia.
(P125)

Habiéndole el Señor Dios acrecentado merecidamente la dignidad a V. S. Ilma., he creído ser obligación mía aumentar las oraciones de nuestras escuelas por V. S. Ilma. para que el Señor le vaya aumentando los dones y gracias con las que no sólo crezca el esplendor de su Ilma. familia, sino también de la Santa Iglesia Romana, que es cuanto le puedo desear, como obligado por el buen recuerdo de Sr. Cardenal, tío suyo, y de V. S. Ilma.

Que el Espíritu Santo le conduzca felizmente a Roma y le asista siempre en sus acciones.


De las Escuelas Pías de Roma, 23 de septiembre de 1622.

  1. 1. La familia Torres, oriunda de España, mantuvo relaciones cordiales con Calasanz casi desde el origen de las Escuelas Pías. En 1607 Pablo V nombró al Cardenal Ludovico Torres primer Protector del incipiente Instituto, diez años antes de ser erigido en Congregación Paulina. En 1612 el Fundador compró la casa contigua a la iglesia de San Pantaleón, que era propiedad de la familia Torres. En 1622 fue nombrado Cardenal Monseñor Cosme Torres, Nuncio en Polonia, sobrino del mencionado Cardenal Ludovico, y en esa ocasión le escribió Calasanz la presente carta de felicitación. A dicho Cardenal Cosme Torres pagó el Fundador los 2.000 últimos escudos de los 10.000 que había costado la casa de San Pantaleón. Un tercer miembro de esta familia, llamado Juan, fue también Nuncio en Polonia en tiempos de la crisis de la Orden, y junto con los Reves y corte polaca hizo lo que pudo por defender las Escuelas Pías. Hermano de este Nuncio de Polonia era el Marqués D. Gaspar de Torres, Conservador del Senado y Patricio Romano, que juró como testigo del proceso «de non cultu» de Calasanz, pero luego no testificó. De él cuentan Caputi y Berro que el día en que llegó a San Pantaleón Monseñor Albizzi para llevarse prisionero al Santo Oficio al viejo Fundador, D. Gaspar Torres y D. Pedro de Massimi intercedieron para que se evitara tal bochorno al P. José, pero fue en vano (cf. Giner, o.c., p 59, nota 11).