ESCRITOS DE SAN JOSÉ CALASANZ

Cartas copiadas del libro ¨Cartas selectas de S. José de Calasanz¨ de los PP. Severino Giner, Ángel Rodenas, Miguel Angel Asiain, Jesús María Lecesa, Luis María Bandrés (pepd) para, en agradecimiento a sus esfuerzos por acercarnos a S. José Calasanz, continuar acercándolo.

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Nombre: Alforja Calasanz
Ubicación: Valencia, Malvarrosa, Spain

martes, septiembre 05, 2006

Narni, 30 de octubre de 1619

S. José Calasanz
al P. Juan García (1). Roma.
(P42)

Ayer no tuve tiempo de escribir por D. Cipriano (2), sino que escribí sola­mente al P. Juan Pedro (3) acerca de los maestros de las escuelas y deseo que se preocupen como se debe, y se empiece con pie derecho disponiendo bien todas las escuelas. El H. Martín (4) irá a las escuelas del Borgo, para que se encaminen bien, pues tengo miedo que se tenga en ello poco cuidado. Se ha alojado aquí con nosotros al volver de Loreto el Sr. Card. Giustiniani (5) con dos prelados y ha partido muy satisfecho no sólo por el provecho que han sacado en tan poco tiempo nuestros Maestros, haciéndole oír a tres alumnos que dijeron las cosas lo mejor que se puedan decir, sino también del buen trato, y habiendo encontrado cerca de Otrícoli al Card. Ludovisi (6) le dijo que viniera a alojarse a nuestra casa, como lo hizo, pues en Narni no encontraría alojamiento tan bueno, pues hice abrir dos puertas y tenía una salida y dos habitaciones muy bien preparadas, y fuera en vez de salón de audiencias para la gente un corredor o dormitorio de 90 pies de los míos de largo y de 16 de ancho, como le podrá explicar el dicho D. Cipriano. Me temo que tengamos que hacer este servicio de alojamiento a muchos cardenales, cuando pasen por aquí, lo cual será de cierta molestia. Diga al Sr. Cosme (7) que pro­cure ¡unto con el P. Francisco (8) y con el P. Ascanio y con el Sr. Julio César encontrar alguna casa para novicios, que sea capaz, y el Señor nos dé su santa bendición.
Narni, 30 de octubre de 1619.

NOTAS


  1. 1 - Juan de Jesús María, en el siglo Juan García de Castillo, nacido en Lugar del Soto (Segovia), se unió a las Escuelas Pías de San Pantaleón en abril de 1611 e hizo allí de maestro, confesor y ecónomo. En 1617 recibe el hábito de manos de Calasanz pero sin que tenga valor jurídico, ya que el P. Castilla no se encontraba preparado para dejar algunos beneficios eclesiásticos que poseía en España. Estando en semejante si­tuación, pese a todo, llegó a ser durante algún tiempo Superior de Frascati desde 1626 a 1631. Por fin, el 12 cíe diciembre de 1631 ingresa oficialmente en el noviciado y el 12 de enero de 1632 es nombrado por el Pa:>a Urbano VIII Asistente General. El 18 de abril de 1634 confirma de modo solemne a profesión que había hecho antes. Como Asistente General y bajo la inmediata vigilancia del Fundador, gobierna las Escuelas Pías cíe San Pantaleón; dirige la doctrina cristiana y preside la oración continua. Cuando falta Calasanz, aunque no es muy apto para el gobierno, sin embargo le en­carga del cuidado de la casa y de la Orden. Su nombre no aparece en los importantes acontecimientos que turban la Orden como la cuestión de los Hermanos Operarios, la causa del P. Mario Sozzi y la Visita Apostólica de los años 1643-1646. Su vida pasa en el silencio, dedicándose a las escuelas y a su cargo de confesor más que al oficio de Asistente. El 15 de enero de 1643 le quitan de Asistente General al misino tiempo que deponen a Calasanz de su cargo. Humilde y ajeno a cualquier interés, era estimado por los demás y así pudo visitar varias veces al P. Mario en el lecho de su muerte y recibió la última confesión del P. Cherubini. En 1647, por deseo de Calasanz, es nombrado Superior de San Pantaleón y en agosto de 1648 asiste a Calasanz. Muerto el Santo y estando en su cargo de Superior de San Pantaleón, trabaja constantemente y deja trabajar por la beatificación del Santo Fundador y por la reintegración de la Orden. Así el 24 de enero de 1656 el Papa Alejandro VII, por el Breve «Dudurn fel. rec.», concede la reintegración parcial de la Orden y el 4 de mayo del mismo año lo nombra General de la Orden, siendo el segundo después de Calasanz. Pero su generalato no es feliz, en parte por la oposición de los Asistentes, sobre todo de los PP. Fedele y Scassellati y por los problemas suscitados por la primera reintegración de la Orden. Muere antes de terminar el primer trienio el 16 de febrero de 1659, a los 75 años de edad (cf. ES, II, 1217-1).

  2. 2 - D. Cipriano Martínez, sacerdote español, maestro de gramática en San Pantaleón, com­puso una gramática con la colaboración o revisión del célebre gramático Sr. Baiano (cf. P 36 y c. 103), pero parece que no fue nunca editada.

  3. 3 - Juan Pedro Cananea de Santa María de los Angeles, sacerdote de la Congregación Luquesa, que visitó el hábito escolapio el 30 de noviembre de 1617. Emitió los votos solemnes el 6 de abril de 1624. Murió en Frascati el 12 de septiembre de 1625 a los 37 años de edad (cf. ES, II, pp. 260-269).

  4. 4 - Martín Ciomei de San Carlos vistió el hábito en Roma (25 de marzo de 1617) para Hermano Operario y profesó de solemnes en Fanano (5 de agosto de 1624). Vivió mu­cho tiempo en Fanano. Durante los años 1641-1644 estuvo en Guglia dirigiendo las obras de la fundación de la casa. En 1646 se encuentra en Florencia y en 1648 está en Pisa. No sabernos cuándo ni dónde murió, como tampoco se sabe cuándo se ordenó sacerdote: seguramente en 1642 (cf. ES, II, 695-5).

  5. 5 - Al morir el primer Cardenal Protector de las Escuelas Pías, Ludovico Torres (1609), a petición de Calasanz fue nombrado para continuar el oficio el Cardenal B. Giustiniani en 1613. Y como tal Protector intervino, por iniciativa suya o por la de Calasanz, en la unión de las Escuelas Pías con la Congregación Luquesa (1614). Y ante las dificul­tades experimentadas durante el período de dicha unión, interviene ante Pablo V para que se separen y para que las Escuelas Pías sean elevadas a Congregación de votos simples (1617). El 25 de marzo de 1617, en la capilla de su palacio impuso el nuevo hábito escolapio al Fundador, pagando de su bolsillo los gastos del hábito y de los 14 más que impuso a sus compañeros el Fundador en la capilla de S. Pantaleón el mismo día. En febrero de 1618 murió el Ven. Glicerio Landriani y con dispensa ponti­ficia el Cardenal Giustiniani recibió su profesión religiosa en el lecho de muerte. En marzo, al cumplirse apenas el año de noviciado, el mismo Cardenal consiguió de Pablo V nueva dispensa del segundo año de noviciado para el Fundador y recibió su profesión simple. Por aquellas fechas pidió y obtuvo de Calasanz la fundación de las Escuelas Pías en Narni, ciudad-feudo de Giustiniani, y ante los escrúpulos de Calasanz por la prohibición impuesta por el Papa de fundaciones escolapias más allá de las 20 millas en torno a Roma, el Cardenal obtuvo la relativa dispensa del Papa. A finales de octubre de 1620 el Cardenal Giustiniani mandó a Calasanz que se retirara a Narni para redactar las Constituciones de la Congregación, y allí permaneció ocupado en esa tarea hasta el 17 de febrero de 1621. A mediados del mes de marzo, por manos de Giustiniani, presentó el Fundador al recién elegido Papa Gregorio XV las Constitu­ciones con un memorial en que suplicaba la elevación de las Escuelas Pías a Religión de votos solemnes con palabras algo imprecisas. Fue el último gran servicio hecho por Giustiniani a sus protegidas Escuelas Pías, pues el 27 del mismo mes y año murió, dejándoles un legado de dos mil escudos para sufragar deudas.

  6. 6 - Futuro Gregorio XV (cf. c. 343, nota 16).

  7. 7 - Cosme Contini, maestro seglar de las Escuelas Pías de San Pantaleón, en Roma; a cambio de las clases recibía comida y hospedaje. Consiguieron, por fin, una casa en la cuesta de San Onofre que se compró para Noviciado el 10 de junio de 1620. Allí estuvo el Noviciado hasta 1624 en que se trasladó a Montecavallo, lugar cercano al palacio del Quirinal (cf. EP, II, pp. 42 y 55).

  8. 8 - Francisco de la Purificación, en el siglo Francisco Castelli, hijo de Lucas Castelli, doctor en ambos derechos, nació en Castiglione Fiorentino (Toscana). Ingresó en las Escuelas Pías siendo ya sacerdote, el 25 de junio de 1617. Emitió los votos simples en Roma el 2 de julio de 1619 y la profesión solemne la hizo juntamente con Calasanz y otros tres religiosos el 7 de mayo de 1622. Siendo todavía novicio, el 2 de enero de 1619, es nombrado Presidente de la casa noviciado del Borgo. Antes de emitir la profesión solemne, el 28 de abril de 1622 es nombrado Asistente General por el Papa Gregorio XV junto con los PP. Pedro Casani, Viviano Viviani y Pablo Ottonelli. En 1623 es enviado a Savona y está al frente de la casa noviciado. El 29 de octubre cíe 1625 es nombrado segundo Provincial de Liguria y trabaja con tocias sus tuerzas por fortalecer su provincia y en especial la casa de Genova. Los días del 4 al 11 de noviem­bre de 1627 se encuentra en Roma asistiendo a la primera Congregación General de la Orden. Es en esta Congregación en la que, al mismo tiempo que se subraya la importancia de la pobreza, se crean los famosos «clérigos operarios» cíe triste recuerdo en la Orden. Vuelto a Liguria trabaja por introducir sobre todo en Genova la gramá­tica cíe Gaspar Scioppio y envía tres religiosos a Milán para imbuirse en los nuevos métodos cíe enseñanza. En 1629 es destinado a Florencia para introducir las Escuelas Pías en esa ciudad, aunque Calasanz no alberga ninguna esperanza de éxito. Sin embargo, el P. Castelli, ayudado por algunos amigos como D. Andrés Cioli, Secretario de Estado y el mismo Gaspar Scioppio, logra introducirlas. Como Superior de Flo­rencia fue el alma del movimiento científico de escolapios, discípulos de Galileo. En mayo de 1630 es nombrado Provincial de Toscana. En febrero de 1633 Calasanz le llama a Roma para que le ayude en el gobierno de la Orden, pues era Asistente General, confirmado en el cargo por el Papa el día 12 de enero de 1632. En junio de 1636 vuelve a Florencia como ministro local. El curso 1638-1639 erige la famosa Escuela de Nobles, encargando de la misma al P. Francisco Apa. En septiembre de 1637 preside el primer Capítulo de la provincia Toscana. Llamado de nuevo a Roma, en agosto de 1642 es llevado al tribunal del Santo Oficio junto con el Fundador y los otros Asistentes Generales, acusados por el P. Mario Sozzi, y el 15 de enero de 1643 es privado del cargo de Asistente por un decreto del Santo Oficio («In causa Patris Marii»). Poco después es nombrado Superior de la casa de formación de Roma y allí permanece aun después de la reducción inocenciana. Allí escribe diversos memoriales en defensa de las Escuelas Pías. El 4 de abril de 1656 Alejandro VII le nombra otra vez Asistente General en el momento de restaurar la Orden, junto con los PP. José Fedele, Juan Esteban Spinola y Camilo Scassellati. Al año siguiente, al querer pacificar una riña entre dos religiosos nuestros, recibe una herida a consecuencia de la cual muere poco después. Fue un profundo amante de las Escuelas Pías y no se le puede juzgar, como se ha hecho a veces, como incauto defensor de los Clérigos Operarios. Más bien quiso la promoción de los mismos, pero sólo dentro de unos límites deter­minados (cf. ES, II, 569-1).