ESCRITOS DE SAN JOSÉ CALASANZ

Cartas copiadas del libro ¨Cartas selectas de S. José de Calasanz¨ de los PP. Severino Giner, Ángel Rodenas, Miguel Angel Asiain, Jesús María Lecesa, Luis María Bandrés (pepd) para, en agradecimiento a sus esfuerzos por acercarnos a S. José Calasanz, continuar acercándolo.

Mi foto
Nombre: Alforja Calasanz
Ubicación: Valencia, Malvarrosa, Spain

viernes, noviembre 03, 2006

Narni, 17 de febrero de 1621

S. José Calasanz
al P. Juan García, (1) Roma.
(P72)

Me gusta que se dé satisfacción al Sr. Octavio Buccioli, acerca de lo que debe recibir, pero no me parece que pueda ser más o muy poco más de los 66 escudos que dice. Acerca de la casa de Frascati, hágame saber si se ha cambiado de Auditor, porque no siendo el Sr. Laercio (2), convendría que fuera alguien interesado por nuestras cosas. No me ha dicho quién ha hecho el regalo de los dos lechones. Me satisface mucho el enterarme de la felicidad de los Sres. Castellani (3), tan amigos nuestros.

Por la gracia de Dios he terminado ya las Constituciones (4) y si está ahí el borriquillo blanco con la albarda buena y con las alforjas buenas, para el primero o segundo día de Cuaresma saldré de aquí con la ayuda del Señor, si el tiempo lo permite, en dos o tres días. Si fuera nombrado Cardenal el nepote de S. Santidad (5), se podrán cambiar las armas de los cubiertos, pero yo llegaré ahí pronto, si Dios quiere, y lo arreglaremos todo. Respecto a pagar las deudas, procuraremos dar satisfacción si es posible sin tocar el dinero del legado, y si no llegan limosnas es señal de que no os portáis bien, pero si os enmendáis y hacéis oración exponiendo el Sino. Sacramento, veréis la misericordia del Señor en esa casa. Saludo afectuosamente al P. Gaspar (6) y también al Sr. Cosme (7) y a todos los demás.

El Señor nos bendiga a todos. Narni,
17 de febrero de 1621.

Escriba de mi parte el H. Ángel a Moricone que dé buen ejemplo de obediencia y que no trate con seglares en manera alguna sin permiso del Superior, y que recibiré gran consuelo si sigue mi consejo.

Notas


  1. 1. Juan de Jesús María, en el siglo Juan García de Castillo, nacido en Lugar del Soto (Segovia), se unió a las Escuelas Pías de San Pantaleón en abril de 1611 e hizo allí de maestro, confesor y ecónomo. En 1617 recibe el hábito de manos de Calasanz pero sin que tenga valor jurídico, ya que el P. Castilla no se encontraba preparado para dejar algunos beneficios eclesiásticos que poseía en España. Estando en semejante situación, pese a todo, llegó a ser durante algún tiempo Superior de Frascati desde 1626 a 1631. Por fin, el 12 cíe diciembre de 1631 ingresa oficialmente en el noviciado y el 12 de enero de 1632 es nombrado por el Papa Urbano VIII Asistente General. El 18 de abril de 1634 confirma de modo solemne a profesión que había hecho antes. Como Asistente General y bajo la inmediata vigilancia del Fundador, gobierna las Escuelas Pías cíe San Pantaleón; dirige la doctrina cristiana y preside la oración continua.

  2. 2. Laercio Cherubini (f 1626), oriundo de Nursia. Versado en Derecho civil y eclesiástico, fue autor del Bullarium Magnum Cherubinorum (año 1586); se publicó una segunda edición en vida del autor el año 1617. Después de su muerte, su hijo, el benedictino P. Ángel María, preparó una tercera edición (1634-1644). Otro hijo, D. Flavio, publicó el año 1623 un compendio de la obra de su padre. El tercer hijo fue el famoso escolapio Esteban Cherubini. D. Laercio, que había sido nombrado hijo adoptivo de Frascati, fue fundador y gran bienhechor de las Escuelas Pías de esta ciudad. Hasta su muerte mantuvo una estrecha amistad con Calasanz, como consta en las cartas que frecuentemente escribió a los religiosos frascatanos (cf. ES, II, 627-1).

  3. 3. Bernardino, Juan Andrés y Juan María Castellani, fundadores y grandes bienhechores de la casa de Careare. Vivían en Roma siendo Juan Andrés canónigo de la Basílica de San Pedro. Juan María era catedrático de Anatomía de la Sapienza, antigua Universidad de Roma; fue médico de Gregorio XV y durante muchos años lo fue también de la casa de San Pantaleón. Como tal, atendió a Calasanz en su última enfermedad. Después de muerto, efectuó la autopsia y separó del cuerpo, como venerada reliquia, el corazón, la lengua, el hígado y el bazo, conservados todavía incorruptos en Roma en la casa de San Pantaleón. Los tres hermanos estaban unidos a Calasanz por una profunda y vieja amistad; se les nombra a menudo en sus cartas, sobre todo a Juan Andrés con el familiar nombre de «Monsignore» (cf. Eph. Cal. 6 [1902] 202-203).

  4. 4. La nueva Congregación Paulina necesitaba unas Constituciones, y ya en el Breve de erección se concedía la facultad de componerlas. Parece ser que en un primer momento Calasanz, sin experiencia de vida religiosa, prefirió encomendar su composición al P. Casani, cuya vida espiritual y los veintitrés años que llevaba en la vida religiosa parecían hacerle el más apto. Sin embargo, las Reglas del P. Casani, reflejo de su espiritualidad exagerada y por lo mismo muchas veces equivocada, no agradaron a Calasanz. Esto originaría un tiempo de indecisión acerca de quién debía realizar semejante trabajo. Puede ser incluso que el Fundador dejase pasar deliberadamente un poco más de tiempo para adquirir experiencia. Lo cierto es que finalmente el Cardenal Giustiniani ordenó a Calasanz que se retirara al colegio de Narni y escribiera allí las Constituciones. Esto debió suceder en septiembre u octubre de 1620. «Tras cuatro meses de oración y trabajo, el 17 de febrero de 1621 daba por terminada su tarea. En 22 hojas de apretada y hermosa caligrafía había levantado un edificio espiritual realmente admirable» (A. garcía-üurán, Itinerario espiritual, p. 166).

  5. 5. Es el Cardenal Ludovico Ludovisi. El y su tío el Papa leyeron el memorial entregado por Calasanz al presentar las Constituciones y escribieron en él «Remítase a la Congregación de Regulares. 16 de mayo de 1621. Pide confirmación de Constituciones. Que las muestren».

  6. 6. Gaspar Dragonetti nació en Lentini (Sicilia) hacia el año 1513. Terminados sus estudios de humanidades, recibió la tonsura (1533) y un canonicato en la Iglesia de los Santos Alfio, Filadelfio y Girino de su ciudad natal, pero ya desde entonces se dedicó a enseñar artes liberales. Pasó luego a la recién construida ciudad de Carlentini en donde continuó enseñando por muchos años (1553-1570). Hacia 1570 se fue a Roma, tal vez en busca de un beneficio eclesiástico más pingüe y se convirtió en preceptor de hijos de nobles, entre los cuales los sobrinos del Cardenal Prospero Santacroce. Dejando la enseñanza privada de nobles, abrió luego escuelas públicas en la misma Roma, cambiando de lugar más de diez veces. A finales de siglo vivió durante unos diez años junto a San Camilo de Lellis, enseñando humanidades a sus clérigos. Pero al decidir el Santo que sus jóvenes religiosos se dedicaran al propio ministerio una vez acabado el noviciado, sin continuar sus estudios, Dragonetti tuvo que dejar su residencia y pedir a Calasanz que le admitiera como maestro en sus escuelas (1603). La extrema pobreza e inseguridad que reinaba en la incipiente Escuela Pía, le hicieron pensar en abandonarla, pero Calasanz le ayudó a superar la crisis y permaneció ya en ella hasta su muerte. En 1616 pasó a la nueva fundación de Frascati, junto con el V. Glicerio Lan-driani. Al crearse la Congregación Paulina (1617), el P. Gaspar no hizo sus votos públicos, aunque tal vez pronunciara privadamente los de castidad, obediencia y enseñanza. No obstante, fue considerado luego oficialmente como miembro de la Escuela Pía, con todos los privilegios y obligaciones (1627). En 1619, siéndole ya difícil mantener la disciplina y el orden entre los niños por su avanzadísima edad, Calasanz le trasladó a Roma, en donde continuó enseñando latines con tal erudición y fama que Urbano VIII le llamó a su presencia para que diera ante él una clase sobre Virgilio. Fue un hombre afable, sencillo, angelical, devotísimo de la Virgen, de los Santos, especialmente devoto del misterio de Navidad, para cuya veneración había construido un precioso Belén en la Iglesia de San Pantaleón. Lleno de méritos y ejemplar en todas las virtudes murió en 1628 a la increíble edad de ciento quince años. Aunque jurídicamente nunca fue escolapio, siempre se le consideró como tal y como uno de los más apreciables colaboradores del Fundador (cf. Eph. Cal. 5 [1960] 146-173).

  7. 7. Cosme Contini, maestro seglar de las Escuelas Pías de San Pantaleón, en Roma; a cambio de las clases recibía comida y hospedaje. Consiguieron, por fin, una casa en la cuesta de San Onofre que se compró para Noviciado el 10 de junio de 1620. Allí estuvo el Noviciado hasta 1624 en que se trasladó a Montecavallo, lugar cercano al palacio del Quirinal (cf. EP, II, pp. 42 y 55).